en las ciencias sociales. Evitaremos a
propósito la nomenclatura demasiado especializada, aunque ello pueda suponer un
tratamiento ligero de los problemas plantados, como corresponde a una
introducción que quiera ser también una invitación a ir más lejos.
En el primero de ellos se procura mostrar cómo aparece esta nueva
disciplina, en un intento de dar sentido al cambio social que se está
experimentando y hace posible una especial toma de conciencia de la sociedad,
objeto de estudio al que puede e incluso debe de aplicarse el método científico.
Esto sólo es posible en un determinado ambiente intelectual e ideológico en el
que se configura un campo de estudio determinado. Todo ello está haciendo
posible una nueva experiencia de la sociedad, y vuelta a empezar.
Nos proponemos, en segundo lugar, dejar bien sentado el carácter
científico de la Sociología, porque cumple la condición de lo que entendemos por
ciencia: saber objetivo y racional de la realidad. Es una ciencia empírica,
basada en la observación y el razonamiento, con una vertiente teórica que le
permite llegar más lejos de lo inmediatamente presente y criticar la misma
realidad.
Para conseguir el preciado calificativo de ciencia empírica la Sociología
se enfrenta con una serie de problemas tales como los de nomenclatura y sobre
todo los de valoración, a los que hacemos referencia. El sociólogo, como hombre
inmerso en un ambiente, tiene indudablemente unos juicios de valor previos sobre
la realidad a estudiar que difícilmente puede abandonar. Conseguir que esos
juicios, por los que muchas veces ha llegado incluso a interesarse en un campo
concreto de investigación, no influyan en su estudio es una tarea ardua, pero
que debe acometer, aun a sabiendas de que no es fácil ‑por no decir posible‑
conseguir. Por este mismo motivo es necesario que tenga presente estos problemas
cualquiera que se acerque a la Sociología, para huir de Sociologías adjetivadas
‑marxista o mahometanas, por ejemplo‑ que sólo pretenden utilizar el sello de la
ciencia con fines de propaganda ideológica.
Intentamos también definir la Sociología y para ello empezamos por
encuadrar su objeto específico que puede hacerse por tres diferentes vías: lo
que han dicho los padres de la Sociología, lo que dicen los sociólogos
contemporáneos y lo que nos indica la razón. Así se perfilan como objeto de
nuestro estudio: la acción social, las relaciones sociales, las instituciones
sociales y la sociedad; pero no como "cosas" sino como elemento
individualizables intelectualmente, aunque no en la práctica social, y metidos
en un proceso de dialéctica social.
Tenemos a continuación, para ampliar nuestra perspectiva, un capítulo
dedicado a estudiar muy someramente los enfoques que sobre los mismos problemas
esbozados adoptan otras ciencias sociales como la Economía, la Antropología
Social, la Historia, la Ciencia Política, o el Derecho Natural. Estamos ayudando
así, indirectamente, a delimitar el campo específico en que debe moverse la
Sociología. Aunque no podemos olvidar que en las ciencias sociales la
comprensión de los fenómenos exige planteamientos interdisciplinares.
El enfoque elegido al estudiar un problema proviene de la idea general
que se tenga sobre el campo de estudio y modo de actuar en él. Por este motivo
parece muy interesante dedicar un capítulo al estudio de los modelos sociales
más utilizados con sus ventajas e inconvenientes. Y lógicamente se estudia más a
fondo el análisis estructural funcional por ser, junto con sus críticas, el
análisis sociológico hasta hace poco imperante.
Para acabar de hacerse una idea precisa de lo que es la Sociología, hace
falta saber no sólo cuál es su objeto, sino también cuáles son los conceptos
básicos que emplea —en el fondo, acumulación reposada de conocimientos— y cuáles
sus métodos de investigación. Por ello a los
conceptos clave manejados en Sociología se dedica uno de los capítulos del
libro, abordándolos desde dos progresiones de lenguaje: individuo, grupo,
cultura, socialización, sociedad; y posición social, rol, status, institución. Y
envolviendo este doble proceso el mundo normativo: creencias, valores, normas y
sanciones. El conocimiento elemental del lenguaje sociológico es necesario, pues
aunque la Sociología se mueve en un campo de la experiencia cotidiana, su
intento es llegar más allá de lo evidente y para lograrlo necesita instrumentos
conceptuales precisos.
Las consideraciones que hacemos sobre la institución familiar y sobre la
estratificación social hay que entenderlas en un deseo de práctica conceptual,
de intentar apuntar cómo se pueden estudiar sociológicamente los procesos y las
instituciones sociales. Hemos elegido una institución y un proceso en el que
todos tenemos una cierta experiencia social, y se trata de ver de una manera muy
simple como su estudio puede abordarse desde la Sociología.
Los métodos y técnicas empleados por la Sociología ocupan los cuatro
capítulos finales del libro. El primero muestra la importancia de los métodos de
nuestra disciplina y la forma de proceder científicamente, con un esfuerzo
analítico para discernir entre teoría sociológica e investigación empírica, así
como las distintas etapas que la práctica ha ido señalando en la investigación
social, y también la distinción entre técnica y método. Después, pasamos a
repasar los tres posibles métodos a emplear en cualquier estudio, concretando
incluso las técnicas más utilizadas hoy en día en la investigación.
En resumen, con este pequeño libro sólo se pretende mostrar a la
Sociología como ciencia, con su objeto, su enfoque específico, su nomenclatura y
sus métodos; en estos últimos hacemos hincapié, pues sin escrupulosidad en los
métodos científicos no hay ciencia social.
Son abundantes en el mercado español los tratados de Sociología —en buena
parte traducciones de los más utilizados en otros países— que estudian todos los
procesos sociales y cada una de las instituciones, a ellos referimos en un
segundo paso al lector que desee ampliar sus conocimientos de Sociología. Como
también a los abundantes trabajos de estructura social que afortunadamente están
proliferando en nuestro país, algunos con una tradición más que respetable.
Se escribió inicialmente este libro pensando directamente en un grupo de
estudiantes de Sociología de la Empresa de la Universidad de Cantabria que
necesitaban instrumentalmente una introducción a la Sociología y a las ciencias
sociales, para adentrarse en el estudio de los problemas sociales del mundo de
la empresa, tan característicos de la sociedad industrial en que vivimos. Mi
propia evolución docente en las universidades de Oviedo y Complutense de Madrid,
y desde ellas en numerosas universidades europeas y americanas, han tenido que
influir en una cierta apertura de códigos que con toda seguridad estará
reflejado en la presente edición.
No puedo dejar de agradecer la continua colaboración crítica de alumnos y
colegas, que han hecho posible, también con sus ánimos, el esfuerzo de dar algo
más de madurez a una obra de juventud. En cualquier caso, con esta nueva
edición, se ha intentado más que aumentar el número de los temas tratados,
actualizar y ampliar la perspectiva de todo el libro con los mínimos cambios.