Hay que entender la tarea aquí presentada dentro del plan de
investigación que he podido realizar en el Departamento de Sociología de la
Universidad de Stanford durante todo el curso 1998-1999. El título general de la
investigación realizada, “Trabajo y nuevas tecnologías: efectos sociales”,
indica que se trata de ver cómo los cambios sociales derivados de la
introducción de las nuevas tecnologías han dado lugar a diferentes
modificaciones de la vida social relacionados con el trabajo. Se ha intentado,
en concreto, partir de un conocimiento profundo de los elementos que
caracterizan a las nuevas sociedades informacionales, derivadas de la aparición
de las tecnologías de la información en las sociedades industriales, para ver
los nuevos problemas surgidos en campos tales como: el empleo, los nuevos
yacimientos de trabajo, la formación y la incorporación de la mujer. En estos
planteamientos he procurado moverme en tres visiones generales o modelos: la
experiencia americana, la asiática y la europea. De esta forma he pretendido
tener una amplia perspectiva para poder conocer con más precisión la situación
del trabajo, también en España.
Este libro se corresponde con al primera parte de esta investigación, centrada
en los aspectos más generales de la "la sociedad informacional". Lo que
pretendía ser una breve introducción a las nuevas sociedades fue ampliándose por
la propia curiosidad y la necesidad de fundamentar algunos presupuestos, y ha
terminado adquiriendo una entidad propia. Se pretende en este volumen dar en
seis capítulos una explicación completa de los que son las sociedades de la
información: sus inicios, sus características, los elementos tecnológicos
fundamentales e incluso una cierta visión critica.
En el primer capítulo
he procurado hacer un análisis de la evolución actual de las sociedades más
avanzadas, que recientemente han recibido el nombre de sociedades de la
información o informacionales. Es evidente que una de las indiscutibles
características de este nuevo modelo de sociedad es puramente económico: su gran
productividad, debido a la aparición y uso de nuevas tecnologías de la
información que se suman a las ya existentes en las sociedades industriales.
Pero la gran capacidad productiva no es algo natural o que se pueda improvisar,
si no que se debe tener en cuenta un proceso general de cambio en toda la
sociedad que lo hace posible. En definitiva, las nuevas sociedades son producto
de una historia y de una construcción social reciente que es muy importante
comprender. No se trata de aprender para imitar, cosa no despreciable, sino de
algo más: intentar conseguir una explicación racional aceptable de lo que ha
pasado y el sentido homogéneo que tiene la nueva situación, intentando captar
sus elementos esenciales y su dinámica actual. La evolución durante las
dos últimas centurias de algunas de estas sociedades nos muestra un proceso de
transformación muy importante que hemos denominado industrialización, con otras
formas de producir y unos estilos de vida muy diferentes. Pero hay datos más que
suficiente para pensar que en las últimas décadas se ha vuelto a empezar un
proceso acelerado de cambio hacia un nuevo tipo de sociedad.
A continuación,
afinando la aproximación histórica al momento actual, siempre desde la
perspectiva de las sociedades tradicionales e industriales, se intentan ver los
elementos diferenciales de las nuevas sociedades, que han superado las
previsiones previstas de las sociedades industriales avanzadas. No se trata tan
sólo de una expansión económica indudable, basada en el tratamiento de la
información. Se pretende analizar algunas de las nuevas formas o estilos de vida
inequívocamente informacionales, en que la información aparece como contenido
esencial del cambio. La compresión de los presupuestos económicos que permiten
el cambio tiene un especial interés, al dejar visibles las posibilidades de la
innovación y las posibilidades de las nuevas tecnologías.
En continuidad con estos cambios, debemos de interpretar la aparición
en las últimas décadas de las sociedades informacionales ateniéndonos a las
transformaciones tecnológicas, especialmente al empleo de ordenadores. Las
diferentes generaciones de estas máquinas, con una dinámica propia que es
necesario entender en sus aspectos fundamentales, han acompañado los cambios en
la vida social. En efecto, son recientemente y numerosas las posibilidades
abiertas a la vida humana que tienen que ver con el tratamiento digital de la
información, en campos tan dispares como la ciencia pura, la medicina o las
relaciones humanas: desde los viajes espaciales a los estudios sobre el genoma
humano o las posibilidades de conexión a grandes distancias. Todo ello ha sido
posible por la expansión cuantitativa y cualitativa de los ordenadores, y es lo
que ha hecho que se les pueda considerar la nueva máquina de la modernidad.
En un cuarto capítulo
se intenta, en este contexto, ampliar el campo de referencia al sentido de las
nuevas posibilidades abiertas por el uso de Internet. La realidad del nuevo
mundo virtual de las páginas Web ofrece unas posibilidades que es necesario
integrar en una nueva visión teórica de nuestra propia vida y de la de los
demás. La evolución explosiva de la red está continuamente abriendo unas
posibilidades y ventajas que no pueden ser dejadas de lado: correo electrónico,
comercio electrónico o nuevas formas de comunicación. Parece necesario, por
tanto algún tipo de comprensión teórica que incluya referencias a algunas de las
experiencias más novedosas.
Pero somos conscientes
que la visión el cambio tecnológico centrado tan sólo en los ordenadores e
incluso en Internet es incompleta. Es necesario acudir a todo un conjunto de
nuevas tecnologías relacionadas, llamadas de la información, de las que los
ordenadores son solo una parte representativa. La clasificación de estas nuevas
tecnologías, intentando integrarlas, parece necesaria si se desea tener una
comprensión general de su influencia en la sociedad, como también hay que hacer
algunos comentarios someros sobre la aportación de cada una de ellas. Por eso,
vamos a intentar hacer un cuadro de evolución conjunta, que nos permita ver la
conexión de unas con otras, así como un desarrollo paralelo que realimenta el
cambio tecnológico.
Finalmente, parece
necesario hacerse eco y asimilar las propuestas de algunas teorías críticas
respecto al uso de las nuevas tecnologías de la información. Es indudable que la
aceptación incondicionada de cualquier planteamiento tecnológico, por considerar
que nos conectan con la modernidad, puede tener unas consecuencias no siempre
positivas que es necesario precisar. De la misma manera, que el rechazo, incluso
parcial, debe hacerse atendiendo a unos esquemas racionales, sin caer en nuevos
ludismos o tradicionalismos que desconfían de la capacidad de la inteligencia
humana.
En mi aproximación a lo
que significan las nuevas sociedades informacionales, debo destacar que he
tenido la suerte de vivir durante la redacción del libro en un ambiente
especialmente interesante, el de Silicon Valley y el de la Universidad de
Stanford, donde casi todas las ideas y experiencias que conforman las sociedades
de la información están particularmente presentes. De esta manera, he podido
experimentar directamente, más allá de los libros, como son ya en la actualidad
estas sociedades y como se están conformado. He tenido conversaciones con
nerds en el café Borrone sobre las nuevas tecnologías que no se pueden tener
más que en Silicon Valley, he podido poner en práctica en serio el comercio
electrónico, intervenir en subastas, leer prensa y revistas de diferentes
países, buscar vivienda o visitar amigos por el mapa realizado en Internet. En
definitiva he tenido una experiencia intensa del World Wide Web que en
cualquier otro sitio hubiera sitio hubiera sido muy difícil o casi imposible.
Por todo ello, cuando
terminé una primera redacción del libro, me pareció que para intentar transmitir
toda mi experiencia de los últimos años era necesario ampliar el texto con
algunos puntos explicativos muy concretos que fueran capaces de acercarnos a la
realidad y mostrarnos experiencias concretas desde sus orígenes. Es muy difícil
saber realmente lo que es la sociedad de la información sin comprender el papel
que han tenido y están teniendo en su construcción algunas zonas geográficas
como Silicon Valley, algunos centros de investigación como MIT, la Universidad
de Stanford, o muchas empresas como Microsoft, Oracle, Amazon.com, Yahoo, IBM,
eBay, Hewlett-Packard o Intel, o experiencias concretas tales como el correo
electrónico, la vídeo conferencia o el comercio electrónico. Por eso, al hilo de
discurso principal del libro, he añadido un conjunto de Cuadros, que son
como notas a pie de página o enlaces (links) para intentar dar
informaciones puntuales y en profundidad de estos temas. Espero que la ruptura
de la atención que suponen los Cuadros sea beneficiosa, al permitir dar al
texto, realizado sobre presupuestos académicos, una mayor ligereza y amplitud de
miras.
No puedo dejar de agradecer las variadas ayudas institucionales que he tenido
para realizar el trabajo que aquí presento, desde el año sabático que me
facilitó la Universidad Complutense, a la Beca generosa de la Fundación del Amo
para mi estancia en California o la invitación como visiting scholar por
el Departamento de Sociología de la Universidad de Stanford. En términos más
personales mis agradecimientos no pueden dejar de ser numerosos. Son muchas las
personas que me han ayudado a culminar esta tarea, facilitando que haya sido
además un esfuerzo formativo y bastante agradable. En el plano académico, aunque
no es fácil separarlo de las relaciones de amistad establecidas o fomentadas,
deseo resaltar la ayuda concreta prestada por José Meseguer, Cándido Muñoz y
Manuel Sánchez de Diego, los tres leyeron el manuscrito en diferentes momentos y
me hicieron numerosas observaciones críticas que he procurado tener en cuenta,
aunque ha veces no haya conseguido acertar. Otros profesores e investigadores me
han hecho observaciones más puntuales o he discutido puntos concretos del
esquema planteado como Anthony McCarthy, Alex-Joe Mecías, Joe Ruiz,
Emilio Castilla y Roberto González y Chiqui Ramírez.
A otros muchos como
Violante Martínez, Ricardo Vela, Manolo, Aniceto, (***) les he explicado temas
específicos que han escuchado pacientemente y me han hecho no pocas
observaciones, que me han sido muy útiles. Aunque me atrevería a decir que casi
todos los que han convivido este año conmigo en Stanford han tenido que aguantar
comentarios sobre "mis temas" y han accedido atentamente al diálogo, entre ellos
están, desde luego, Mike, Pedro, Miky, Vuko y Claudio en Menlough Study Center
(una de las aventuras más satisfactoria de mi estancia en Silicon Valley). No
puedo tampoco dejar de referirme a la tertulia que teníamos semanalmente en el
campus, con Ben y Christopher como núcleo fundamental y con otros visitantes
esporádicos. Además del grupo de nerds latinoamericanos con los que he
podido hablar de todos estos temas como José, Juan Carlos, Alejandro,
Para el estudio
ambiental y más general del tema de las nuevas sociedades informacionales he
tenido la suerte de enlazar con dos fuertes informativas excelentes en muchos
campos, pero especialmente en el de las consecuencias de las nuevas tecnología:
el New York Times y The Economist. Con ambos medios he establecido
una conexión intelectual que espero sea duradera.
Añado al final del libro la bibliografía específica manejada, prescindiendo de
los títulos más generales, aunque me hayan podido servir de marco de teórico. En
la medida de lo posible he evitado referencias ajenas al material impreso,
aunque en alguna ocasión no haya tenido más remedio de indicar la página Web
correspondiente, sobre todo en lo referentes a temas relacionados con
Internet. Termino todo con un pequeño Glosario de términos, que puede ser útil a
personas que se encuentren por primera vez en estos temas.