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La participación en el trabajo

PRESENTACIÓN

 

En 1982 impartí un Curso de Doctorado en la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo cuyo título era "Problemas de la Participación en el Trabajo". Casi a la vez presentaba en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid un esquema muy similar (al anterior, esta vez con el título de "Experiencias de democracia industrial"), para que sirviera como preámbulo necesario a la convalidación del título de Periodista por el de Licenciado en Ciencias de la Información. El plan desarrollado terminó siendo idéntico al índice del libro que tenemos en nuestras manos.

         Han pasado desde entonces algo más de diez años dedicados a una vida académica intensa en el campo de las ciencias sociales, en la que buena parte de mi actividad docente e investigadora ha estado centrada en el estudio de la participación en el trabajo. Al repasar ahora el escueto programa de doctorado que presentaba, no puedo dejar de sorprenderme de que las intenciones que allí planteaba como temas a explicar, de los que realmente no sabía mucho, se hayan plasmado ahora en densas páginas repletas de teorías y de experiencias muchas veces vividas muy directamente.

         Cuando empecé a centrarme en el tema de la participación en el trabajo no sabía tan siquiera de la existencia del RC-10 de ISA, Comité de Investigación 10 de la Asociación Internacional de Sociología orientado en el estudio de la "Participación y Autogestión", que tantas buenas experiencias intelectuales y meramente humanas me iba a proporcionar durante estos años. No sospechaba que con el tiempo sería de su ejecutiva mundial. Tampoco que sería fundador con otro grupo de colegas y amigos en 1987 en Lima del SI-RC-10, el Subcomité Iberoamericano del RC-10 de ISA, al que he dedicado tantas horas, organizando seis Congresos Mundiales, colaborando activamente en la publicación de varios libros y revistas, editando directamente el boletín NOTICIAS SI-RC-10 ya en su sexto número.

         Hace diez años no pensaba que tendría una experiencia tan directa de los modelos teóricos de participación en el trabajo cuya explicación me planteaba. Ni que la búsqueda de experiencias interesantes de participación, su consideración como posibles "invenciones sociales", me iba a llevar a un par de estancias largas en los países nórdicos, y a otras más puntuales en Yugoslavia, Israel, los Países Bálticos, algunos países del Este de Europa o Japón, por referirme a diferentes sitios visitados donde hay "experimentos piloto" o simplemente "genuinos" de democracia industrial.

         Pero sobre todo no esperaba, no podía soñar, que iba a tener este encuentro tan entrañable y profundo con las gentes y tierras de Iberoamérica. Descubrimiento personal que he repetido tantas veces como he podido, surcando todos los años el Atlántico ‑algunas veces, por ventura, en más de un momento- hacia las tierras americanas del Centro y del Sur. He tenido la suerte de enseñar en unas cuantas docenas de universidades americanas, pero sobre todo he aprendido de manera refleja lo mejor de mi propia cultura. En ningún sitio me he sentido tan en casa, tan fraternalmente recibido, tratado y atendido como en Iberoamérica. En ningún sitio me han parecido tan interesantes las experiencias participativas que he podido observar y vivir.

         A lo largo de los diez capítulos que forman este libro hay, por tanto, una exposición sistematizada de los conocimientos sobre participación en el trabajo que he podido acumular en la última década. Algunos de ellos han ido dando lugar a ponencias y comunicaciones en diferentes Seminarios y Congresos nacionales e internacionales, e incluso a publicaciones parciales en revistas científicas que se mueven en el campo de las ciencias sociales. En este sentido, la tarea aquí presentada es un trabajo de síntesis, de reflexión pausada sobre materiales escritos con urgencia y de forma aparentemente desconexa, aunque siempre con un hilo conductor, e intelectualmente colocados en un esquema claro.

         Si repasamos el índice, podemos ver que los cuatro primeros capítulos corresponden especialmente a las preocupaciones teóricas, de situar el estudio de la participación en el trabajo en el campo de la sociología y más en general de las ciencias sociales. Los seis últimos se centran más en modelos y experiencias concretas, la experiencia cooperativa y el experimento del Grupo Cooperativo Mondragón, la experiencia latinoamericana, el modelo sueco o los experimentos de participación en la dirección. Pero entre estos seis capítulos no faltan algunos plenamente centrados en temas de más calado teórico, como el referente a confrontación entre capitalismo y socialismo, o simplemente con una componente teórica clara, como el último en que se resalta la importancia de la comunicación en las organizaciones para conseguir la participación.

         No es fácil expresar mi agradecimiento a las numerosas instituciones y personas que han hecho posible durante estos años la realización de las tareas aquí recopiladas. Han sido muchos los que me han orientado, han asistido a exposiciones parciales de algunos trabajos sobre el tema y han participado en su posterior discusión, o bien han comentado partes del manuscrito en algún momento de su elaboración. A todas ellas les expreso públicamente mi agradecimiento, pidiendo excusas por las omisiones involuntarias.

         Muy especialmente tengo que agradecer el aliento inicial y la crítica de algunos compañeros y alumnos de la Facultad de Económicas de la Universidad de Oviedo y del Departamento de Sociología VI de la Universidad Complutense, que asistieron a mis cursos de doctorado sobre el tema, en Asturias 1982-1984 y en Madrid 1987-1989. También a Keith Bradley de la London School of Economics and Political Sciences, que además de facilitarme las tres estancias de estudio en esta institución -con la biblioteca más grande del mundo en Ciencias Sociales- ha podido guiarme en la búsqueda de información bibliográfica y comentado alguno de los capítulos manuscritos. En el verano de 1985 pude estar como visiting schoolar en Michigan University y disfrutar tanto de su espléndida biblioteca como del consejo y orientación sobre el estudio de estos temas por parte de dos especialistas de la talla de Arnold Tannembaun y Robert Cole. Este mismo año fui atendido generosamente por George Strauss en la Universidad de Berkeley y Joseph Blasi en Harvard. En 1987 y 1992 pasé varios meses en Arbetslivscentrum en Suecia, en un esfuerzo por entender el modelo sueco, y no puedo dejar de agradecer la ayuda que me prestaron Virger Viklund, Rudolf Meidner y Åke Sandberg. En 1989 estuve tres meses trabajando en la tranquila biblioteca de Boston College y conté con la orientación del profesor Severyn Bruyn, que no dudó en dejarme el abundante material que tenía acumulado sobre el autogobierno de las organizaciones. Durante las dos estancias en el Centro Edvard Kardelj para el Estudio de la Autogestión de Ljubjana, disfruté sobre todo de la ayuda de Miroslav Stanojevic. Y durante las semanas que permanecí en el Centro de Estudios de los Kibbutzin de la Universidad de Haifa, no puedo dejar de mencionar la orientación continua de Menachen Rosner y Michal Palgy.

         De todas maneras, el mejor impulso, la máxima ayuda prestada para ir escribiendo las distintas partes de este libro, ha venido como consecuencia de mi participación activa en Congresos y Seminarios organizados por el RC-10 de ISA. El aliciente de presentar ponencias en sitios tan dispares como México, Lima, Tallinn, Santiago de Chile, Quennitz, Atenas, París, Tokio, Santander o Malta, me ha arrastrado a planes de trabajo para los que "objetivamente" no tenía tiempo. Además en las reuniones he sufrido la crítica benevolente y animosa, a la que he procurado estar atento, de muchos colegas de culturas y países muy diversos. Representándolos a todos ellos, no puedo dejar de mencionar la ayuda prestada por György Széll, que ha sido el presidente del Comité de Investigación 10 durante la mayor parte del tiempo en que se han realizado estas tareas.

         Mi relación estrecha con tantos colegas del SI-RC-10 -que hemos terminado formando, sobre todo, un buen grupo de amigos- ha sido un aliento continuo para dedicarme a estos temas. Dado que no puedo poner toda la lista del medio centenar de miembros del Subcomité ‑como quizás debiera- a los que agradezco su ayuda, me limito a recordar al núcleo que hemos continuado juntos desde 1986 en esta aventura intelectual, todavía en sus inicios, de promoción en Iberoamérica del estudio de la Participación: William Moreno, Carlos Gadsden, Antonio Colomer y Sergio Contreras. Todos -oriundos de tierras tan distantes y diferentes- estamos hermanados en una cultura hispánica y una preocupación por la participación que va más allá de nuestra dedicación a las tareas investigadoras.

         No puedo dejar de agradecer, finalmente, la ayuda material continua que he tenido en las tareas mecanográficas y de redacción de muchas de las versiones del material aquí presentado, colaboración que con frecuencia ha ido más allá de lo meramente material. Especialmente tengo presentes en mi recuerdo a Pruden (de la época asturiana), a Angele Kasho y a Evelyn Abugattas (en la Universidad Complutense); esta última ha estado además al cuidado de la presente edición.

 

 

 

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